- No quiero llegar a sentir el odio, o la decepción.
-¿Decepción? ¿A qué temes entonces? ¿A qué te salga mal algo?
-Pues... Temo a sentir algo tan fuerte que no me deje recuperarme jamás si falla. Como si en una llanura se levantara una estructura, y con el paso del tiempo, se tiene que apoyar en otra, de repente. Y entonces, el apoyo desaparece, y tú caer, caes a un abismo sin cuerdas, sin paracaídas. Y esperar encontrar ya el fondo para dejar de caer, en completa oscuridad, hasta quedarte aislada a mitad de camino, vivo y muerto a la vez, sin haber llegado a la cima o al fondo. Sentirse mediocre, que el haber sido especial para alguien o algo nunca fue verdad. Tengo miedo a ser esa estructura en la que vivía una princesa que cayó por una brecha abierta en la tierra que nunca existió.
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